Quiénes somos

NUESTRA HISTORIA

Jamones Flores, empresa familiar del siglo XX

Jamones Flores es una empresa familiar que comienza su andadura a principios del siglo XX en Veguillas con el patriarca de la familia: el abuelo D. Moreno más conocido como el Señor Flores. Flores y su esposa fundan su pequeña industria con la que sería y es el corazón de esta empresa Casa Flores.

Con mucho esfuerzo y trabajo vendían las mejores carnes de los propios animales que criaban en sus fincas y fabricaban de manera tradicional sus propios embutidos obteniendo fama en toda la provincia de Salamanca y en toda la península.

Sería su hijo mayor Don Paco el que enfocaría principalmente el negocio hacia la fabricación y comercialización de embutidos y jamones ibéricos.

Tras el auge de este negocio Jamones Flores decide ampliar sus instalaciones de Las Veguillas (Salamanca).

En Veguillas se concentra el 100% de la producción de Jamones Flores gracias a la altitud y a su privilegiada situación se consigue el punto de curación óptimo todos nuestros productos.

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Nuestra ganadería

Criamos nuestros cerdos, únicamente de «Raza Ibérica» en nuestras propias dehesas. Situadas en la Provincia de Salamanca contamos con dos dehesas de encinas, que proporcionan las bellotas (base de alimentación de nuestros cerdos) , así como los espacios abiertos imprescindibles para que el animal se crie en las condiciones óptimas para ser un producto Ibérico 100%.

  • FINCA «DEHESA DE VEGUILLAS» de 100 Hectáreas
  • FINCA «LAS FLORES» de 150 Hectáreas

Las dos situadas en Castilla y León. Para que un jamón de pata negra esté sabroso y con los niveles de grasa adecuados es imprescindible que el cerdo se haya alimentado durante el otoño con la nutritiva bellota que ofrecen las dehesas de encinas de las tierras salmantinas. Es el periodo que se denomina como «la montanera», que se extiende desde principios de octubre hasta bien entrado el mes de febrero.

Por lo pronto tan sólo puede criar uno o dos cerdos por cada hectárea de encinas, tal y como contempla la legislación, y una empresa especializada tiene que certificar, además de la genética del animal (que la madre y el padre sean ibéricos), que ha recibido la alimentación adecuada.

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